Medio millón de jóvenes desertan del bachillerato
En el último año, 563 mil 305 jóvenes no volvieron a clases. Según la SEP, en el ciclo escolar 2020-2021 se registró a 4.9 millones de estudiantes. Es decir, el 11.3% de los jóvenes mexicanos desertaron.
Las causas bien podrían agruparse grosso modo en dos: por falta de equipo para cursar la preparatoria a distancia y la otra mitad mencionó que ya no quería estudiar, de acuerdo con el estudio Equidad y Regreso sobre la presencialidad en las escuelas y aprendizaje.
Los cinco estados con mayores cifras de deserción escolar juvenil son: Morelos (15.6%), Michoacán (15.1%), Querétaro (15.1%), Coahuila (14.6%) y Colima (14.5%).
Los efectos de la deserción escolar son graves ya que afectan a la sociedad en su conjunto, pues contribuye al empobrecimiento de su capital humano y orilla a los ciudadanos a emplearse en actividades poco remuneradas.
A la deserción escolar se suma a otro problema: la reducción de conocimientos.
En México, más de la mitad de los alumnos no alcanzan niveles de aprendizaje mínimos y la pandemia incrementará esta situación, de acuerdo con el articulo “Mitigando el impacto del Covid-19 sobre los aprendizajes” de Rafael de Hoyos.
De acuerdo con Rafael de Hoyos, se estima que los aprendizajes se podrían reducirse hasta un 24% en educación básica. Esta reducción en primaria traería efectos a largo plazo: 2.5% menos graduados de secundaria y seis años después, se reduciría 3% la tasa de graduación en educación media superior y, diez años después, los salarios de esa generación también se verían afectados pues los aprendizajes en primaria son los cimientos para los aprendizajes futuros.
Apoyo psicosocial: una forma de afrontar la deserción de los jóvenes
La falta de intimidad y la popularización de los aparatos electrónicos ha complejizado también la educación en el hogar, es por ello que el apoyo psicosocial se plantea como una estrategia para contrarrestar el abandono escolar.
El torbellino de emociones que ha desatado la pandemia se convierte en un problema cuando no podemos controlarlas, desatando un huracán interno del que poco puedes comprender.
El oportuno apoyo psicológico podría evitar que toda esta marejada de emociones se pueda convertir en un problema incluso de salud mental, dijo Mendiola Borja.
Hay distintos tipos de apoyo psicosocial y comienzan desde diferentes fuentes, una de ellas es la familia. El primer paso es identificar a la persona más cercana o más significativa para ti. Puedes encontrarla preguntándote: ¿con quién me siento más a gusto?
Hablar es la llave para regular las emociones de una forma más apropiada sin estallar y, aunque a veces es difícil, debemos intentarlo para entrar a un estado de paz mental y así tomar mejores decisiones. Dejar la escuela es una decisión difícil en la que intervienen muchos factores, pero hablar con los demás sobre tus inquietudes puede ayudarte a esclarecer tus ideas.